Wednesday, February 14, 2024

La exclusión de los más pobres en la salud de Venezuela: una entrevista con el Dr. Marino J. González R.

 


En 29 de mayo del 2023, el presidente de Brasil Luís Ignacio Lula da Silva, al invitar su admirado amigo Nicolás Maduro, autoridad máxima del gobierno venezolano, para una reunión bilateral entre los dos países en Brasilia, dio a entender, en su discurso de recepción a dicho dirigente, que la democracia está prosperando en Venezuela y condenó aquellos que consideran el país como una dictadura, definiéndoles como constructores de una falsa narrativa. Lo que Lula considera democracia en Venezuela es un gobierno que asumió por las vías autoritarias el control del poder legislativo y ha subordinado el poder judicial a sus intereses.

Manteniendo elecciones de fachada, observadores internacionales han documentado miles de factores que demuestran la falta de transparencia en todas las elecciones en Venezuela desde el inicio de este siglo. Desde 2014 ocurrieron más de 15 mil prisiones políticas de individuos que intentaron manifestarse libremente o que fueron candidatos de oposición en todos los niveles de gobierno, y la Humans Rights Watch - una institución internacional de defensa de derechos humanos ha denunciado la represión y tortura de personas detenidas y procesos criminales contra civiles en tribunales militares.

La subordinación del gobierno y de los ciudadanos a los interese de una cleptocracia autoritaria y corrupta en Venezuela ha generado un empobrecimiento récord de su población, con el retorno del hambre y de endemias antes erradicadas. Como consecuencia, se estima que, alrededor de 2024, cerca de casi 8 millones de venezolanos dejaron el país desde el inicio del Gobierno Chaves, siendo que la mayoría ha inmigrado para otros países de América Latina.


¿Pero cuáles son las consecuencias de la dictadura venezolana sobre su sistema de salud y sobre la salud de su población? Para hablar sobre este tema, invitamos a una de las mayores autoridades del país en los temas de políticas de salud - el Dr. Marino J. González R.

Dr. Marino Gonzáles es Profesor Titular de Políticas Públicas de la Universidad Simón Bolívar (USB), miembro correspondiente nacional de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela desde 2016. También pertenece a la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL) desde 2020. Es investigador asociado de la Universidad de La Rioja, Grupo de Investigación en Economía de la Salud en España (donde reside) y miembro del Consejo Asesor del Doctorado en Desarrollo Sostenible de la USB.

Sus áreas de especialización son: políticas públicas, políticas sociales, y políticas de salud. Desde 1999 ha dirigido más de 50 proyectos de investigación y asistencia técnica. Ha publicado 149 trabajos especializados relacionados con políticas públicas, políticas sociales, políticas de salud y economía de la salud. Ha supervisado hasta la fecha 23 tesis doctorales concluidas y 17 trabajos de grado de maestría en políticas públicas. Ha sido consultor de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Panamericana de la Salud (OPS), Banco Mundial, BID, CEPAL, FNUAP y CAF. Tiene experiencia como consultor internacional en Ecuador, Paraguay, Honduras, República Dominicana, Guatemala, México, y Panamá. Fue presidente del Capítulo de Venezuela de la International Society of Pharmacoeconomics and Outcomes Research (ISPOR), y Miembro del Consejo Directivo de la “Federation for International Cooperation of Health Services and Systems Research Centers (FICOSSER)” entre 1990-1994 y entre 2002-2006.

Además, es médico de la Universidad Central de Venezuela y posee una especialización en Salud Pública de la misma universidad y una Maestría en Ciencia Política de la USB, así como una especialización en Políticas Públicas de la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos. Realizó su PhD en la Graduate School of Public and International Affairs (GSPIA) de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos. Con ustedes las palabras del Dr. Marino Gonzáles.

Monitor de Salud (MS) – Las informaciones del inicio de la década pasada muestran que el gobierno de Venezuela ha erosionado la infraestructura de atención médica del país, amenazando la salud pública de su pueblo. Por ejemplo, entre el 2009 y el 2015, la tasa de mortalidad infantil aumentó de 14,4 para 20,2 por 100 nascidos vivos. Las tasas de mortalidad materna, de 92 por 100 mil nascidos vivos en 2000 alcanzaron, según estimativas de la OPS y UNICEF, 259 por 100 mil nascidos vivos en 2020. La tasa de niños con bajo peso al nascer ha aumentado de 8.7% para 9.7% entre 2003 y 2017. Pero desde 2016 el Ministerio de Salud de Venezuela dejó de publicar estadísticas cruciales de salud pública. Frente al apagón de datos estadísticos, ¿cómo se puede, aún que externamente, monitorear el desastre de la salud pública provocado por la dictadura Chaves-Maduro en el país? ¿Hay instituciones de la sociedad civil interesadas en monitorear el estado de salud de la población venezolana?

Marino González (MG) - Para entender lo que pasa con los datos en Venezuela es muy importante el contexto político y del gobierno. En los últimos 25 años Venezuela ha experimentado un deterioro significativo de las capacidades democráticas, especialmente en las responsabilidades del gobierno. Este deterioro se manifiesta de manera muy notoria, pero no exclusiva, en la afectación del Estado de Derecho, en la ausencia de equilibrio de poderes, en el escaso respeto de los procesos que garantizan los Derechos Humanos. De allí que en la actualidad Venezuela tenga muy bajos indicadores de gobernabilidad democrática en el escenario global.

En estas condiciones, que se han agravado en los últimos años, el seguimiento y la calidad de las políticas públicas tiene una importancia absolutamente secundaria para la gestión gubernamental. De allí que lo que el país había construido por décadas en la calidad de los sistemas de medición social, se ha perdido en gran proporción. Es por ello por lo que no existe información regular y de calidad sobre aspectos básicos para las políticas de salud. Las cifras de mortalidad no se publican desde 2016, pero los datos demográficos no se actualizan desde 2012 (casi 12 años).  La última información semanal sobre enfermedades de notificación obligatoria fue publicada a finales de 2016 (siete años).

Ante estos inmensos vacíos de información, desde hace más de 10 años se han generado iniciativas de universidades, organizaciones de la sociedad civil, centros de investigación, empresas de seguimiento de opinión pública, con el objetivo de suplir, en alguna medida, estas carencias de información para la evaluación de políticas. Obviamente, estas iniciativas están sujetas a las restricciones de recursos, por lo cual muchas veces no son tan completas y regulares. Es claro que cumplen una función clave en una situación en la que el sector público prácticamente ha dejado de lado sus funciones constitucionales de garantizar las mejores políticas para los ciudadanos.

 

MS - La progresiva eliminación de los procesos de vigilancia sanitaria y epidemiológica en Venezuela ha aumentado los brotes de enfermedades transmisibles en el país en proporciones alarmantes, al mismo tiempo en que se desactivan las estratégicas de vacunación para las enfermedades prevenibles, como sarampión, difteria y tétano. En los años 2016 y 2017 Venezuela tuvo la mayor tasa de aumento de malaria en el mundo y las tasas de tuberculosis en el 2015 fueron las más altas del país en 40 años. ¿Como se encuentra esta situación actualmente? ¿Hay interese o voluntad política de mejorar la salud de la población más pobre y sin recursos? ¿Sería el desinterese por la salud de los más pobres una estrategia para eliminar la población pobre que no se siente representada por la dictadura venezolana y que no tiene condiciones para inmigrar para otros países?

MG - El gobierno que se inició en 1999, y que continúa hasta el día de hoy, tuvo como uno de sus principales mensajes la lucha contra la pobreza. Este largo período de mayor empobrecimiento que se ha sucedido después en el país es demostración de que el gobierno no tenía una estrategia moderna e inteligente para corregir los desequilibrios del desarrollo. La falsa premisa de que era posible concentrar la riqueza en el Estado, y que por consiguiente todo se resolvería, está en el centro de este monumental fracaso. Ya en 1999 se sabía que los países no mejoran porque el Estado absorba todas las funciones políticas, económicas y sociales.

Esta es la causa de que Venezuela haya experimentado el aumento más grande en la proporción de hogares en situación de pobreza extrema, hasta llegar a 75% en mediciones de encuestas de gran calidad técnica. Ese aumento de pobreza comenzó antes de la hiperinflación iniciada en 2017, y se incrementó más en todo el periodo de hiperinflación (de las más largas que se han reportado en el mundo). De manera que se puede decir con toda propiedad que no se tenía ni la voluntad política, ni las capacidades técnicas e institucionales para superar la pobreza en el país. Las evidencias del deterioro social y económico de Venezuela son las más notorias en los últimos cincuenta años en el mundo. Están lamentablemente a la vista. La migración de más de 7 millones de venezolanos sobre un total de 30 millones son las mayores pruebas de este descalabro extraordinario de la gestión pública del país en el último cuarto de siglo. Es así de dramático.

 

MS - Hace tiempos Venezuela ha utilizado la estrategia de importar médicos de familia de Cuba remunerando el país con óleo. Muchos afirman que la principal función de los médicos de familia (o médicos de manzana) de Cuba ha sido, por lo menos en el pasado, una función de vigilancia y propaganda política, identificando potenciales personas que podrían amenazar el régimen y propagandeando los beneficios del gobierno para tener adhesión de la población por convencimiento o por miedo. ¿En el caso de Venezuela, los médicos importados de Cuba también cumplieron esta función? ¿La adopción de los médicos de familia cubanos ha sido benéfica para la salud de los venezolanos? ¿Su acción ha abarcado toda la población venezolana o solamente aquella de las áreas identificadas como de apoyo al régimen chavo-madurista?

MG - La traída de médicos de Cuba se inició en el año 2002. En aquel año, ya iniciada la crisis política, era fundamental para el gobierno de Chávez recuperar la popularidad, porque la gestión de los primeros años no tenía mucho que ofrecer (por ejemplo, el programa de atención materno-infantil que atendía a más de 500.000 niños y mujeres embarazadas fue eliminado en los primeros meses de la gestión). En ese contexto, el gobierno de Venezuela copió en la práctica el concepto de las misiones que se habían implementado en Cuba diez años atrás. Y una de esas misiones fue la llamada Barrio Adentro, en la cual se incluyó que médicos cubanos vinieran a Venezuela.

De manera que el objetivo de esa misión no fue de política pública. Fue más bien una estrategia para enfrentar el referéndum revocatorio de 2004, el cual ganó el gobierno. Los servicios que se desarrollaron en esta misión tuvieron más bien efectos de publicidad para el gobierno, pero no tuvieron efectos en términos de políticas de salud. Los indicadores de salud del país no experimentaron mejoras por esta misión. Hasta el punto de que la mortalidad infantil y materna aumentó en esos años (en la actualidad no se tienen cifras oficiales, pero las estimaciones internacionales indican que estos indicadores han aumentado significativamente en el país). Muchos de los médicos cubanos que ingresaron a Venezuela se unieron a los millones de venezolanos que migraron, sea porque marcharon a Colombia y otros países andinos, o a los Estados Unidos. En este momento nadie habla de esa misión.

 

MS - Entre 2014 e 2023 cerca de 7,7 millones de venezolanos migraron del país, lo que representa la mayor tasa de inmigración de un país sudamericano en la historia. Entre los factores que contribuyen para la migración se encuentra el hambre y la falta de asistencia a salud de la población. Por ejemplo, entre 2017 y 2018, la mayoría de los pacientes infectados por el VIH interrumpieron la terapia por falta de medicamentos. Muchos de los pacientes de VIH que pudieron migraron para tener acceso al tratamiento que les ha sido negado por el gobierno venezolano. ¿En su punto de vista, como la deterioración del sistema de salud ha influenciado las estrategias de migración de la población venezolana?

MG - Si, totalmente. Desde 1999 se produjo en Venezuela un aumento sostenido de las fuentes de financiamiento privadas. El gasto de bolsillo estimado por las cuentas nacionales llegó a ser uno de los más altos de la región. Este proceso coincide con el deterioro de la capacidad productiva del país, con el cierre de muchas empresas, y la consiguiente pérdida de empleos. A mediados de la década pasada el 50% de la población no tenía ningún tipo de seguro de salud (ni público ni privado). En tres años (2017), justo en el comienzo de la hiperinflación, este porcentaje había ascendido a 70%. Es evidente que esta situación empeoró en los años de hiperinflación, influyendo de manera clara que la gran oleada de migración que se produjo en esos años. Por otra parte, las encuestas de opinión pública han señalado de manera permanente la importancia que las familias otorgan a la salud, como problema fundamental de su cotidianidad.

Un aspecto vinculado es que la cobertura de pensiones en la población de adultos mayores no supera el 50% de los que deberían recibirla y, por otra parte, el monto de estas pensiones no superó los 5 dólares mensuales por mucho tiempo. Estas pensiones son financiadas con recursos fiscales, de manera que no discriminan en función de la actividad laboral realizada. Para muchos adultos mayores, con mayores restricciones para migrar, parte de la estrategia de sobrevivencia considera que sus hijos o nietos puedan emigrar para ampliar el financiamiento de las familias en el país a través del envío de remesas. Los costos de la atención a la salud en esta población sin ningún tipo de protección financiera, es, sin dudas, un factor que promueve la migración de sus familiares. La migración, en la práctica, es una demostración de los inmensos fracasos de las políticas de salud y de seguridad social experimentados en los últimos 25 años en Venezuela. 

 

MS - Desde noviembre de 2021, la Corte Penal Internacional (CPI) abrió una investigación sobre posibles crímenes de lesa humanidad en Venezuela, ya que una misión de investigación de las Naciones Unidas encontró motivos suficientes para creer que se habían cometido crímenes contra la humanidad como parte de una política estatal para reprimir a los opositores. Según esta investigación, las autoridades judiciales del país han participado o han sido cómplices de abusos, sirviendo como mecanismo de represión, incluyendo el hecho de que millones de personas no pueden acceder a atención médica y nutrición adecuadas. ¿Cuál será el seguimiento de esta investigación y que consecuencias podrá traer para el gobierno? ¿Podrá esta investigación traer elementos para revertir la crisis del sistema de salud venezolano que afecta a los más pobres que no apoyan el régimen?

MG - La evolución de las condiciones de salud en Venezuela, especialmente en el marco de la emergencia humanitaria compleja que se mantiene desde hace ocho años, ha ameritado múltiples investigaciones en organismos internacionales, tanto por el seguimiento de los derechos humanos como por los efectos en la vida de las personas. Es deseable que todas estas investigaciones sirvan para impedir nuevas situaciones y para resarcir los daños cometidos. Estas investigaciones, por sus propias características, tienen plazos y procesos que se deben cumplir.

Creo que la mejora en la situación concreta de los ciudadanos, incluyendo por supuesto en la salud, supone un proceso de cambios institucionales y políticos que son muy complejos en Venezuela. Las exigencias para modificar las actuales pautas son notables, y los avances no marchan en la medida de las necesidades. Esperemos que en los próximos meses se puedan identificar puntos que permitan mejorar. La comunidad internacional y los actores nacionales están persuadidos de la gravedad de la situación y de las consecuencias para la vida cotidiana de todos los venezolanos, los que viven en el país, y los que viven fuera.

 

MS - Uno de los grandes problemas en Venezuela es la crisis alimentaria, que además de ser uno de los principales factores de migración, afecta a todos que se encuentran en el país. En un contexto de pobreza y bajísimos salarios, los precios de los alimentos aumentaron 315% entre septiembre de 2022 y septiembre de 2023. Muchos países han contribuido con donaciones para la solución de la crisis humanitaria que, además de los temas de hambre, involucra violencia doméstica, violencia contra las mujeres y contra las minorías LGBT. ¿Cómo el gobierno ha enfrentado y-o pretende enfrentar estos problemas?

MG - Las organizaciones nacionales que están participando en las tareas de apoyo dentro de la emergencia humanitaria compleja, han expresado recientemente que se atiende a menos de 10% de la población en situación de necesidad. A pesar de que existen recursos disponibles para que se pueda aumentar esta cobertura, señalan que múltiples obstáculos impiden que se pueda mejorar la situación. En general, existe una gran insatisfacción porque estas dificultades no se hayan podido superar. Es evidente que la responsabilidad de la gestión del gobierno en este aspecto es un factor fundamental.

 

MS - Venezuela es actualmente uno de los países con menor gasto público en salud (1,7% del PIB y 4,9% del gasto público total). ¿Porque salud no es una prioridad en el presupuesto público en Venezuela?

MG - Al igual que en muchas áreas de las políticas sociales, la salud está afectada por esta ausencia de prioridades en la gestión pública. Los objetivos de corto y mediano plazo de la gestión pasan más bien por otros aspectos, entre ellos, la supremacía política, y la obtención de recursos para actividades del ámbito político. De manera que la prioridad por diseñar y ejecutar políticas de salud de calidad no es el tema. Para ello se requeriría la puesta en marcha de procesos de consultas y acuerdos para los cuales no se tienen las competencias políticas ni técnicas y, además, no son prioritarios. La única forma de transformar esta situación es en una nueva etapa política que concentre esfuerzos sostenidos por mejorar la institucionalidad democrática. Ese es el mayor reto, en mi opinión, que tiene por delante la sociedad venezolana.

 

MS - ¿Cómo usted vislumbra la coyuntura de salud en Venezuela para 2024, incluyendo los temas de epidemiologia, funcionamiento y financiamiento del sistema de salud?

MG - Toda la coyuntura de 2024 está influida por la elección presidencial, la cual no tiene aún fecha establecida. Este evento afectará la situación política, y tendrá consecuencias sociales y económicas. La ausencia de políticas de calidad, por las razones señaladas, es el factor predominante. De manera que no puede haber modificaciones en ese curso de acción sin mejoras en la institucionalidad democrática. En el peor escenario, de no avanzar en el ámbito político, lo que puede pasar es que aumenten las restricciones económicas y empeore la atención a la emergencia humanitaria compleja. Creo que todas las alarmas siguen encendidas en Venezuela. Es una crisis profunda, sistémica, de amplias repercusiones en la región, y fundamentalmente, una crisis global de las condiciones de los venezolanos. Debe ser una coyuntura de la mayor preocupación para todos, para los responsables nacionales, y para la comunidad internacional. Es un año muy crítico para el futuro de la sociedad venezolana. No tengo ninguna duda.